Vecinos del centro califican la Feria de Málaga como una «barbarie» y una «temeridad» en seguridad

Asociacion de Vecinos El Romeral contra el Ruido 22 de agosto de 2017

Miranda asegura que “todo el que puede” de los 5.000 residentes se va “exiliado” del casco antiguo durante la semana de fiestas

La Asociación de Vecinos del Centro Antiguo de Málaga han vuelto a calificar la Feria de la ciudad, que ha tenido lugar del 12 al 19 de agosto, como “una barbarie” y una “temeridad con lo que está cayendo sobre seguridad”.

El presidente de la gestora, Alfonso Miranda, ha destacado en declaraciones a Europa Press que en el colectivo vecinal “llevamos haciendo la misma valoración diez o 12 años”. “A los habitantes del centro nos condenan a exiliarnos o quedarnos en nuestra casa encerrados sin poder salir”, ha apuntado, agregando que en su caso “llevo ocho años que me tengo que ir, no se puede soportar”.

Así, ha apuntado que los 5.000 residentes del centro, entre los que están los socios de la Asociación, se envían fotos y anécdotas vía Whatsapp. “A una socia, que vive en un bajo, le pusieron una caseta en el primer piso”, ha relatado, apuntando que la solución fue “conectar con alguna radio y hacer una entrevista”.

“A partir del día siguiente la desmantelaron. Si no hay movimiento de masas no se hace nada”, ha dicho, indicando que la Policía “no puede hacer nada” durante la Feria y que únicamente acude “si hay heridos con sangre de por medio”.

Preguntado sobre las plazas con música en directo en diferentes puntos del centro, lo ha valorado como algo “absolutamente negativo”. “No se puede incentivar más la Feria. Pones puntos de música en directo, entra mucha gente allí con la que está cayendo sobre seguridad, y el que viva allí tiene que estar aguantando desde las 10.00 hasta las 18.00 horas”, ha sostenido.

Por todo ello, le ha solicitado al Ayuntamiento de Málaga “que cumpla la Ley”. “Esto va a terminar chungo porque no nos están dejando más salida que los tribunales”, ha lamentado, agregando que el colectivo está pensando acudir por la vía judicial “desgraciadamente, porque no nos gustaría que fuese así”.

“Somos 5.000 vecinos, y hace diez años éramos 15.000. Nos van echando poco a poco. Todo el que puede económicamente se va, y el que no se queda enclaustrado esperando a que escampe”, ha concluido.

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