Podemos y debemos convivir
Julián Fernández Sánchez – Jueves, 24 de Diciembre de 2015
Quiero manifestar y hacer llegar mi respeto a los empresarios de hostelería de nuestra ciudad que son capaces, con el trabajo del día a día, de mantener sus negocios y al mismo tiempo sostener puestos de trabajo que tan necesarios son en el momento actual que nos toca vivir.
La actividad empresarial sin ninguna duda es apasionante desde el punto de vista del desarrollo personal y profesional. La asunción de riesgos, resolución de problemas cotidianos, capacidad para establecer objetivos, buscar caminos innovadores para la mejora del negocio y ser capaces de crear oportunidades que redunden en beneficio de su actividad y en el desarrollo de la sociedad.
De otra parte el empresario debe tener presente que está obligado a cumplir con sus obligaciones laborales, fiscales, y sobre todo con el estricto cumplimiento de las leyes que rigen su negocio. Hay una frase del impulsor del grupo Alsa que creo que es digna de mención cuando se refiere al modo de ejercer una actividad. “Las cuatro Haches”: Honradez, Humanidad, Humildad y un poco de Humor. Yo, desde mi perspectiva de haber tenido responsabilidades empresariales en algún momento de mi etapa profesional, añadiría a las cuatro Haches alguna “R”: Responsabilidad en el ejercicio de la profesión, Respeto a nuestro entorno, trabajadores, medio ambiente y colectivos humanos que nos circundan, y Reciclaje de nuestros conocimientos para seguir aprendiendo en el difícil camino del buen empresario y de las buenas prácticas que son requeridas en el ejercicio profesional y como miembro de la colectividad.
También, como diría el presidente Rajoy, y una buena dosis “de sentido común” es buena receta para la práctica empresarial y la toma de decisiones en el sentido adecuado, máxime cuando la actividad de un negocio se desarrolla en calles de la ciudad, y por tanto rodeada de ciudadanos/as que tienen su residencia en el mismo entorno.
Me considero un ciudadano comprometido con mi ciudad y mi entorno próximo, de ahí mi participación en algunos movimientos vecinales que tienen como objetivo promover la conciliación vecinal con los negocios que están asentados en el entramado urbano.
Lo ideal debe ser que los agentes implicados en el modelo de hacer ciudad participen activamente y eleven propuestas en la profundización del desarrollo a seguir frente al monopolio de actividades concretas. Tenemos que buscar el equilibrio y la multiplicidad de actividades compatibilizando el bienestar del residente con el libre ejercicio de las actividades empresariales ejercidas con responsabilidad y rigor.
Todo lo expresado anteriormente viene a colación de una serie de declaraciones emitidas por un medio de comunicación de Navarra, en el cual manifiesto alguna opinión sobre el entorno hostelero que nos rodea y al mismo tiempo algunos propietarios de locales de este sector ponen en valor sus puntos de vista sobre la hostelería y las limitaciones que encuentran para el desarrollo de su ocupación.
Cuando hablan de despidos, reducción de turnos y de menores ingresos como consecuencia del endurecimiento de la ordenanza que regula el horario de terrazas, siento tener que ser yo el que les informe que siguen teniendo los mismos horarios en el interior de sus locales, que son los habilitados para el ejercicio de su actividad, los mismos que venían disfrutando con la Corporación anterior, y que la única variación que han experimentado es una reducción de horario en las llamadas terrazas de mesas altas unido a la entrada del horario de invierno previsto en el artículo 12.1, de la ordenanza reguladora de la instalación de terrazas en la vía pública, que, por cierto, es discrecional y renovable si así lo considera la autoridad administrativa correspondiente.
En el vídeo de NT se aprecia un cartel con la figura de Julio Iglesias que expresa textualmente Si ya son las 23.00 horas no puedes sacar bebidas a la calle….. y lo sabes. Loable el recordatorio dirigido a los clientes, pero en realidad a ninguna hora del día o de la noche se pueden sacar bebidas de los establecimientos salvo en lugares autorizados. En este sentido es muy gráfica la circular de la Asociación de Hostelería recordando a sus asociados que desde el año 2002 está prohibido sacar bebidas a la calle.
En honor a la verdad, y perdón por ello, no encuentro sentido alguno a las declaraciones vertidas por los hosteleros en la entrevista difundida por NT. Pretender patrimonializar el espacio público, que es un bien común de la ciudadanía, no parece el camino adecuado para ejercer sus derechos empresariales. Podemos retroceder al pasado cuando el mecánico reparaba vehículos en la calle o volver a los mercados en la vía pública, o que el industrial fabrique sus bienes de equipo fuera de sus naves por falta de espacio y así sacara mejor rendimiento a su negocio.
En realidad estamos obligados a hacer propuestas rigurosas sobre la existencia de un problema que se ha ido extendiendo con el paso del tiempo y que tiene solución. Las instituciones públicas tienen que velar por la seguridad jurídica de los empresarios y de los vecinos haciendo cumplir las normativas que nos amparan a unos y otros. La Policía Municipal debe ser el instrumento que garantice los derechos de ambas partes impidiendo que se vulneren derechos amparados por la Ley.
Por último felicitar a aquellos hosteleros que ejercen su profesión con respeto, responsabilidad y humanidad para entender los problemas de sus conciudadanos. No permitamos que unos pocos que solo quieren ver un problema económico contaminen la mesa de negociación formada por Ayuntamiento y colectivos. Entre todos buscaremos la solución para recuperar el buen clima y la concordia perdida. Podemos y debemos convivir.