Los hosteleros se rebelan contra la normativa de terrazas
IRANZU LARRASOAÑA 5 de febrero de 2017
El horario de carga y descarga hace que los bares tengan que retirar las barricas de las 14 a las 16 horas.
“Tendría que haber una persona vinculada a la hostelería en el área de Urbanismo para velar por nuestros intereses”
Unos curiosos carteles llenaron ayer muchos de los bares del Casco Viejo de Pamplona llamando la atención de sus clientes con un ‘se vende’. Era una respuesta a la estricta normativa que les impide tener las mesas de fuera y las
barricas entre las 14 y las 16 horas. Los hosteleros se mostraron molestos por esta medida, que ya se ha estrenado con alguna sanción, ya que la consideran injusta y creen que no es tanto el beneficio en comparación con el problema
que les supone. Nacho Calvo, Secretario General de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Navarra, comentó que, aunque la iniciativa no ha sido llevada a cabo por ellos, sí que están trabajando para solucionar este problema
que afecta a muchos establecimientos de la ciudad. “Los hosteleros están enfadados porque son horas que no afectan a la convivencia con los vecinos. Es una medida de presión”, comentó. “Desde la asociación estamos negociando con el ayuntamiento de Pamplona para ver si podemos llegar a un acuerdo razonable para todos. De momento, los estamos viendo muy receptivos y esperamos tener alguna noticia esta semana”, añadía.
No nos dejan trabajar
Los propietarios no son tan optimistas, razón por la que han decidido unirse a través de estos carteles para intentar conseguir una normativa más flexible que piense más en el empresario y el cliente. “No nos dejan trabajar. La normativa es contradictoria y se aplica de forma diferenciada. Según el bar que seas se permiten algunas cosas o no”, aseguraba Javier Ubanell, dueño de El Casino. “La ley es muy estricta con la hostelería, al final es prácticamente imposible cumplirla al cien por cien y eso afecta al sector que, ya de por sí, no está en su mejor momento”, añadía. Ramontxu, propietario del bar Zanpa, ubicado en la calle Estafeta, también estaba de acuerdo en que la normativa, más que ayudar al sector, lo persigue. “La ley de terrazas es ambigua y penaliza al empresario. Crear una zona de carga y descarga a esas horas es como colocar un prostíbulo delante de una iglesia”, declaró. “En esa zona, la gente sale a
fumar mientras se toma una tapa. En las épocas más turísticas, a los extranjeros les gusta tomar algo fuera mientras disfrutan del ambiente de la calle. Si me la quitan tendré que hacer un ajuste”, contaba molesto. “Da igual quién esté en el ayuntamiento, siempre pasa lo mismo. Estoy convencido de que en el área de Urbanismo debería de haber una persona vinculada a este sector para poder defender nuestros intereses”, pedía mientras se quejaba de la incongruencia del ayuntamiento de Pamplona que, mientras que ejerce una constante presión sobre estos hosteleros, luego hace la vista gorda cuando llegan los Sanfermines o la feria de Navidad, por ejemplo. “Deberíamos unirnos todos y cerrar un 6 de julio a ver qué pasaba”, sentenciaba.
El establecimiento La Estafeta era uno de los pocos de la calle que no había colocado el llamativo cartel, aunque por poco tiempo. Su dueño Kainter Solana también era de la opinión de que la norma es muy estricta. “Estafeta
vive del día, en esta calle los bares no tiran copas. Además procuramos ser muy respetuosos con los vecinos y entenderlos. De hecho, por las noches ponemos un portero para que impida salir a la gente fuera con las bebidas y
así evitar que se moleste”, aseguraba. “Ahora en febrero y marzo nos afecta menos pero más adelante, cuando llegue Semana Santa y apetezca estar en esas mesas se va a liar. Al final, pagan justos por pecadores. Se debería estudiar cada zona y aplicar una normativa específica que no perjudique al tipo de servicios que allí se presta”, añadía.
Fidel Montoya Sanz, empleado del bar Fitero, relató cómo el día en que recibieron la notificación sobre la normativa, los propios agentes comentaron que hace unos años la hora de carga y descarga era de 15 a 19 horas. “Si el problema es la zona de carga y descarga, la solución es muy sencilla. Lo más lógico sería establecer esa hora entre las 16 y las 18 horas, que es cuando se ve menos movimiento en los establecimientos de esta zona. Así podríamos trabajar todo, nosotros y repartidores”, sugería. “Es una faena muy grande. Te rompe todo el trabajo en el momento más álgido. “El verano pasado se batió el récord de turismo en la ciudad. Si este año queremos afrontarlo igual, tenemos que pensar en ellos y ofrecer un servicio de calidad».