En otoño abre en la calle Tejería de Pamplona una pollería, en el local que ocupó La Sureña
Mariví Salvo 23.06.2021
En un mes comienzan las obras en el establecimiento, con la idea de ampliar la oferta gastronómica de la ciudad
Un proyecto de hostelería especializado en pollos asados en horno de carbón. De la mano de los empresarios hosteleros Jorge Goicoechea y Alberto Solana, esta vez junto a Roberto Tellechea, el mes que viene comienzan las obras para relanzar un local en la calle Tejería, 13 en el que hace seis años cerró La Sureña.
El negocio hostelero, para la que los promotores barajan el nombre de Urban Chicken, va a estar remodelado en un plazo breve «de dos o tres meses», explica Goicoechea, ya que está «todo montado». La nueva propiedad ha encargado unos murales para decorar el establecimiento y nueva iluminación para darle un lavado de imagen, y «vamos a instalar en la cocina un horno de carbón para pollos», añade, porque la idea es relanzar el local como una «pollería casera». Una vez que arranquen los trabajos, confían en poder abrir para el otoño.
Como se sabe, el local de Tejería, 13 albergó durante tres años (2012-2015) La Sureña, una franquicia dedicada a la venta de cervezas low cost en cubo de aluminio y raciones. Esta peculiar oferta favorecía que la clientela, mayoritariamente joven, se agolpara frente a su local, muchos sentados en el suelo de Tejería, y fue el detonante de las continuas denuncias vecinales, llegando a acumular más de 30 expedientes sancionadores, alguno por importe de 6.000 euros. Aquello fue determinante para su cierre en octubre de 2015.
Preguntado al respecto, el empresario Goicochea, propietario de otros negocios de hostelería en el Casco Viejo, señaló que cualquier actividad de este tipo tiene que respetar, por principio, al vecindario: «No te puedes enfrentar con los vecinos, porque el vecino vive ahí y tú trabajas, y en caso de conflicto su derecho es el que prevalece», opinó. Añadió que, en su trayectoria en la hostelería, desde que comenzó como camarero en el Bar Donibane hace varias décadas, «no he sabido hacer otra cosa más que ser hostelero, pero siempre he intentado que sea desde el respeto».
Tras el cierre de La Sureña, un año después se ocupó el local por la pizzería Harmony y aún luego abrió La Uni.