‘Amabilizar’
Jorge Nagore – Sábado, 2 de Septiembre de 2017
Aquí a nada que te despistas un par de meses ya te han endilgado unos cuantos términos en modo sobredosis. A vuela pluma, los últimos llegados son supremacistas, inclusivas -fiestas inclusivas-, islamofobia y, ya de andar por casa, amabilización. A lo que se ve, las positivas obras que están haciendo por el centro de Pamplona Asiron y compañía son para amabilizar. Hay que ser hortera de cojones para denominar así a un plan de actuaciones urbanísticas y de movilidad, pero éste es el tiempo en el que nos ha tocado vivir: hay profesionales de buscar términos nuevos o de utilizar los ya existentes de maneras diferentes y los políticos pierden el culo por usar nombres no malgastados o por esconder la realidad bajo términos equívocos o metáforas positivas. Y esto a veces lleva a caer en extremos bobos, como este de amabilizar, especialmente en una ciudad jodidamente hosca como Pamplona. Somos gente hosca, la ciudad es hosca, el clima es hosco y esto es lo que nos define y hasta nos distingue. Muchos de nosotros detestamos esto en privado y hasta en público pero lo echamos en falta en cuanto nos vamos de vacaciones y la gente es demasiado simpática -lo que nos genera desconfianza: ¿qué querrá?- y hacemos piña como los que más cuando somos atacados desde el espacio exterior, por ejemplo desde Madrid y sus medios basura cuando San Fermín o cuando sea. Pero no hace falta amabilizar nada. Basta con reordenar o como mucho humanizar la ciudad, puesto que de sacar máquinas en beneficio de los humanos tratan las obras: menos coches y más personas, menos máquinas y más espacio. Pamplona es ciudad pequeña, con un término municipal muy pequeño, y hay que sacar tráfico y humo y ruido y mierda del centro y a ver si también de los barrios: de todos. Y de paso meterle mano al ruido en lo Viejo y a las bajeras de los jóvenes y a mil cosas más. Menos palabras cursis y más hechos.