Amabilización y comercio
Paco Roda 28 de enero de 2018
Los comerciantes del Casco Viejo y del Primer Ensanche han lanzado una campaña contra el plan de amabilización impulsado por el Ayuntamiento de Pamplona. Según éstos, desde la implantación del plan, las ventas han disminuido, y mucho. Y buscan responsabilidades en este plan, aunque reconocen otras causas. Para ello la campaña “Gracias por venir, sabemos lo que te cuesta llegar”, trata de sensibilizar a la ciudadanía. Acto seguido, un grupo de vecinos y vecinas del Casco Viejo, han lanzado otra campaña claramente opuesta a esta: “No me cuesta llegar, Alde zaharrean erosten dut”. Como si el declive del comercio del Casco Viejo fuera cuestión acertar con frases más o menos ingeniosas. O con la defensa o ataque a las actuaciones del actual equipo de gobierno municipal.
Esto no es solo cuestión de militancia más o menos intensa en el barrio, ni de apuesta personal y privada, ni de políticas individuales marcadas por la toma de decisiones personales: querer comprar en lo viejo por encima de todo al precio que sea. Esto, con ser importante y mucho, porque lo personal es político, no lo es todo. Porque esto tiene que ver con las políticas publicas que se han desplegado – o no- en el barrio y con las dinámicas vecinales, económicas y comerciales.
Este declive económico de los comercios tiene que ver con las pautas de consumo, la especialización del mismo, la segmentación de las compras y también con el modelo de barrio impulsado, permitido y auspiciado desde las instituciones. Y unos tienen más responsabilidad que otros. Verdad. Pero lo cierto es que este barrio se ha tematizado, tiene su marca, se ha especializado como proveedor de bares, de espacios de ocio nocturno , restaurantes, hoteles y nuevos gastrobares que generan emociones y sensaciones. Este es el negocio de hoy monopolizando el espacio público. Y si tu especializas un espacio urbano como monoconsumo tabernario (en breve se abrirán tres bares más) , el resto de comercios no puede competir porque ya estás marcando qué tipo de consumo es prevalente. Y así, uno puede hacer un esfuerzo para ir al CV a cenar o “echar unos potes” pero a lo mejor no lo hace para ir a comprar. Porque lo que interesa comprar está en la periferia.
Pero insisto, esta crisis de los comercios – y también del barrio, porque son inseparables-, viene de lejos. Y los síntomas llevan tiempo avisando. La “amabilización” por si sola no es responsable de la liquidación y del cierre de persianas que anuncian algunos. Gentes que en tiempos callaron frente a agresiones más salvajes. Y saben de qué hablo. Y en estas vamos perdiendo todos, no solo los comerciantes. Pierde toda la población del Casco Viejo. Y aunque Maya, nuestro ex alcalde no lo comparta, la gentrificación es esto también. No solo vecinos que se van, también comercios que desaparecen como consecuencia de un modelo de hábitat, de relaciones, de consumo y hasta de protesta. ¿Qué hacer? Diagnosticar bien, asumir responsabilidades, diseñar planes, integrar objetivos, repensar modelos de ciudad y de barrio, dinamizar políticas publicas y posiblemente más cosas. Muchas más. Todo, menos banalizar este grave asunto o etiquetar a unos u otros comerciantes, a unos u otros vecinos.