San Nicolás, 20 bares en 190 metros de calle

Marivi Salvo  Sábado, 11 de Abril de 2015

Quince bares, además de cuatro tiendas de bebidas, y otros cinco que en este momento están en obras o han pedido licencia para ello. San Nicolás es la ruta de moda para la hostelería de Pamplona. Un bar cada 9 metros de calle.

Nada menos que cinco bajeras están en este momento en obras, o están tramitando permisos para ello, en la misma calle, San Nicolás, con el objetivo de convertirse en los próximos meses en cinco nuevos locales de hostelería. Llama la atención. En los apenas 190 metros de longitud de esta calle se da una de las mayores concentraciones de ocio de la ciudad. A bar por cada 9 metros, como para no aburrirse. Por el contrario, la calle Mayor, con 345 metros, apenas tiene dos bares (el Olazti y el García) y tres cafeterías.

Por la acera de la derecha, se trabaja a destajo en dos nuevas bajeras, dos antiguos comercios (Pavana y Zapatería Amorena), que pasarán a ser bares. Siguiendo en esta acera, El Asador Aralar, el Ulzama, El Marrano, el Baserri, otro local ahora en obras que será el asador Katuzaharra, La Chistera, el restaurante San Fermín (cuelga un cartel de Se Traspasa) y el Hotel Castillo de Javier. Y, ya en la plazuela, la cafetería Elizalde, y otra más que ha pedido licencia de cafetería en el antiguo comercio Bidasoa. Y, ya a la vuelta, el Restaurante Sarasate, el Iru, el Río, San Nicolás-La Cocina Vasca, el antiguo Río donde también hay intención de montar otro bar, La Mandarra de la Ramos, el Otano, y el Dom Lluis.

EL KATUZAHARRA El asador Katuzaharra, de Jorge Goikoetxea, propietario a su vez junto a otros dos socios, de La Mandarra y el Txirrintxa, está ya muy avanzado, tanto que, según confirma su dueño, “abrirá el 31 de mayo”, ya que la obra “se ha retrasado año y medio por la rehabilitación del edificio”. Oferta de asador restaurante para completar la de su hermano mayor, La Mandarra, situado casi enfrente. Se trata de un local de dos plantas y 400 m2, donde trabajarán 15 personas y que va a incluir elementos restaurados en su decoración, como una lámpara hecha con la verja de un convento del siglo XVI. “Merecerá la pena verlo”, dice. Goikoetxea ha vuelto de nuevo a apostar por la calle San Nicolás para invertir en hostelería: “Es la calle referente, y esperemos que dentro de dos años se convierta en una de las más famosas del norte del país”, opina y añade que “el hecho de que haya cada vez más bares es siempre bueno, contribuye a mejorar la oferta”, aunque matiza que la suya “es una oferta de día, más que de noche, y respetando al vecino. Intentamos perjudicar lo menos posible”, opinó.

“CALLE REFERENTE” En San Nicolás 13, el local vacío del antiguo Río (los dueños abrieron uno nuevo unos metros más adelante), se están dando pasos desde la propiedad de la bajera con la idea de volver a montar un negocio de hostelería, pero, según consta en una resolución de Urbanismo, de momento, la titular de la licencia de bar (la primera propietaria del Río) no la habría transmitido. No obstante, podría solicitarse una nueva licencia de cafetería, como han hecho el resto de promotores. De hecho, sí tiene ya licencia para montar una cafetería el local de San Nicolás, 72 (antiguo luces Bidasoa), junto a la heladería Elizalde, abierta en 2013, aunque, de momento, no han comenzado las obras.

DOS MÁS, FRENTE A FRENTE Con la idea de abrir “para San Fermín”, Ricardo Ubanell y Luis Martinicorena están trabajando a contrarreloj para poner en marcha un local de hostelería con restaurante, de 4 alturas, en el antiguo Pavana. El arquitecto Enrique Kalhe firma el proyecto, que quiere contribuir con una propuesta “moderna”, en palabras de Ubanell, a la oferta hostelera de la calle.

“Nos parecía obvio apostar por esta calle. Si vas a invertir, ahora mismo es más seguro optar por San Nicolás, Estafeta o la zona de Navarrería”, indica Ricardo Ubanell. Este hostelero opina que las futuras aperturas “no tienen por qué generar más molestias a los vecinos”, y, al respecto, considera que el hostelero tiene que entender que hay vecinos “y, por ejemplo, controlar las puertas para que no salga el ruido”.

Porque, enfrente de su local, las obras avanzan en la antigua tienda de pequeño electrodoméstico Zapatería Amorena, que los hijos del propietario van a relanzar como cafetería. Según consta en la licencia de obras otorgada en febrero a Jesús María Irigoyen, de Restauración Brerem SL, las obras tendrán que estar terminadas en 6 meses (han comenzado recientemente), ya que la salida de humos necesaria para esta actividad hostelera ya fue concedida en abril del año pasado. Según la resolución municipal, se trata de un local de dos plantas con cafetería y restaurante.

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