La utilización de los Sanfermines como “herramienta turística y cultural” pone el acento en un modelo de cultura-ocio que dista mucho del que reivindican los vecinos del barrio que a su vez temen que, en cada peldaño, se propongan nuevas actividades, además de cuestionar que los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia no vayan dirigidos a las necesidades reales del casco histórico de la ciudad sino a fomentar “la juerga sin límites”. Necesidades en materia educativa, sanitaria, en comercio o vivienda. También la iniciativa AZ Sare Komunitarioa denunció ayer que la saturación de “eventos y molestias” a las personas que viven en el barrio son los argumentos del Ayuntamiento para impedir la actividad del movimiento vecinal en las calles del Casco Viejo salvo cuando es el mismo equipo de gobierno el que los organiza.
Y así es, una programación propia sin limitaciones en calle e incongruente con las medidas restrictivas que viene adoptando el Ayuntamiento de Pamplona contra las iniciativas organizadas por los colectivos populares. Kalejiras, desfiles de carnaval, korrikas u olentzeros, a los que el equipo de Gobierno ha prohibido utilizar las calzadas, obligando a circular por las aceras, actividades de peñas que no se han podido realizar….
Medidas arbitrarias que lesionan la convivencia y que no han hecho sino unir aún más al movimiento vecinal en defensa de sus derechos. Esta misma semana se reunieron todos los colectivos del barrio entorno a la iniciativa Auzoak contra todas las trabas que ha puesto el Ayuntamiento. El próximo 6 de junio se celebrará el último peldaño de la escalera sanferminera. Y para entonces ya se habrá vislumbrado el nuevo panorama político municipal, barrio por barrio.