Presupuestos y hostel
Paco Roda 25 de enero de 2019
Hay maneras muy eficaces de cambiar el significado de una imagen, o de un hecho, circunstancia o suceso. Consiste en separar una parte de la composición del contexto. De ese modo el contexto aislado, aquí puede usted meter cualquier cosa, pierde su significado originario. Si usted recorta la imagen, extrayendo una porción, rompiendo la unidad, queda un fragmento mudo, incapaz de comunicar su verdadera historia, su verdadero significado. Si usted no nombra el contexto, la acción representada, narrada, expuesta o publicada, se vuelve un gesto deformado según la voluntad del observador o de quien narra, escribe o cuenta.
Creo que esta manera de analizar las cosas conecta con una situación política reciente. El hecho de no tener presupuestos municipales (Ayuntamiento de Iruña) aprobados o que en estos momentos tengamos una norma que permite que el Hostel de Unzu se pueda construir. Y es que nadie, nadie ha dicho alto y claro que esa enmienda que posibilita que el Hostel de Unzu se pueda abrir es responsabilidad única y exclusivamente de UPN y de Geroa Bai. Porque solo ellos han apoyado de manera conjunta esa enmienda. Y esa parte de la composición es la que se separa del contexto, la parte que no se nombra, la que desdibuja de manera interesada la realidad. Si yo fuera alcalde habría exigido de manera inmediata la salida de Geroa Bai del equipo de gobierno. Porque esa enmienda no era, no es cuestión baladí, no es cualquier cosa. Esa decisión esconde una manera de entender ese modelo de barrio que tanto, al parecer, preocupa a Bildu. Por eso me extraña que Bildu no hubiera exigido antes a Geroa Bai la retirada inmediata de su órdago en forma de enmienda, esa que ha posibilitado que Unzu se pueda levantar en medio de una plaza turistificada y vendida al mejor postor. Si así lo hubiera hecho, como se debe de hacer con todo socio de gobierno adjunto, dudo que las cosas hubieran derivado en ese pleno bochornoso. Triangular, desviar, despistar o hacer requiebros analíticos responsabilizando a Aranzadi como únicos culpables subsidiarios de este hecho, así como de la no aprobación de los presupuestos, es cuando menos perverso. Porque alguien, en algún despacho, en algún momento, decidió vincular premeditada e intencionadamente los presupuestos al Hostel de Unzu o la declaración de zona saturada del Casco Viejo. Y eso es trampear, mercadear, eso es jugar con las fuerzas y las sucesivas movilizaciones de este barrio contra el Hostel y de sus intereses respecto al modelo de barrio reclamado.
Que el Hostel de Unzu tenga barra libre no es culpa solo de Aranzadi. Yo diría que ha evidenciado la incapacidad para negociar sin trampas de por medio, sin agendas ocultas y sin exigencias contaminadas. Y esa responsabilidad debe ser asumida por los cuatro partidos del cambio. Porque han sucumbido, y aquí cada uno deberá saber hasta dónde ha tensado el arco de la historia, ante unas negociaciones que han tenido un efecto lapa. Y sí, Aranzadi deberá también explicar sus decisiones y asumir sus responsabilidades. Pero al final, quien ha perdido es este barrio, esos colectivos vecinales, esa vecindad, hoy desilusionada, que viene sufriendo desde hace años una política depredatoria. Y esta decisión abona el terreno de un modelo de barrio que va camino de convertirse en un mercado a cielo abierto.