Aclarando dudas: Bebe Unzu
JUAN TORRENS ALZU – 9 de Junio de 2018
Agradecemos las aclaraciones del señor Javier Aguilar que, no obstante, nos hacen albergar más temores que dudas sobre el proyecto que se pretende instalar en el antiguo edificio de Unzu. En qué consiste el proyecto ya lo hemos podido ver gracias a la recreación virtual que enviaron a todos los medios de comunicación virtuales y periodísticos de Navarra;si ahora la plaza de los Burgos la ocupa el Zentral, con su terraza expresamente prohibida por la ordenanza (D.F. 202/2002 art.8 aptdo.2 “Cafésespectáculo. Toda su actividad se desarrollará única y exclusivamente en el interior del local”) y que podemos ver durante todo el año (ni siquiera se molestan en recogerla), ahora se pretende compartir, o mejor dicho monopolizar, con la terraza del macro albergue.
Lo de que el proyecto contribuye plenamente al desarrollo de Pamplona lo dice usted que tiene en vista un negocio y una inversión que rentabilizar. Para los vecinos y vecinas del barrio el proyecto es más de lo mismo: hostelería, especulación urbanística, ocupación del espacio común para lucro propio y socialización de basuras y molestias, saturación de eventos y turismo en el Casco Viejo… lo cierto es que el 5,4% de la población de Pamplona asume el 38,4% de las plazas turísticas de la ciudad: una por cada cinco residentes. Nadie está en contra de que usted haga sus negocios, pero el Casco Viejo está saturado de sector hostelero. Igual a usted le parece sostenible la vida que lleva el vecindario de San Nicolás, San Gregorio, Navarrería, Comedias, Estafeta… de jueves a domingo todas las semanas del año, pero yo estoy convencido que muchos residentes no opinan lo mismo y así nos lo hacen saber a diario.
En cuanto a la revitalización del barrio, pues qué quiere que le digamos, lo vemos bastante animado. No sé donde vive usted, pero lo que sí le podemos asegurar es que, semana sí semana también, cuando no hay una media maratón hay una carrera popular y si no un “día en rosa”, o una procesión, o una feria, o siete despedidas de soltera, o la fiesta del Martini, o la Curia curiosa, o la escalerica, o los del kantuz, o el día de la peña… que está muy bien, pero los 11.000 habitantes del Casco Viejo soportan los impactos de ocio de al menos 300.000 visitantes y no hablamos de fechas puntuales como Sanfermines, Navidades, Semana Santa…
Y respecto a la postura del consistorio en este tema la verdad es que no nos inspira mucha confianza, a tenor de su postura ante los desmanes de ciertos bares, los proyectos autorizados en cafeterías y locales que multiplican sus mostradores a la calle, abren sus paredes a la vía pública (a pesar de que muchos de ellos son bares especiales que deberían de extremar el aislamiento acústico), invaden de terrazas el espacio común y no atienden las quejas vecinales ni hacen cumplir la normativa del sector.
El precio de los pisos ha sufrido un descenso del 30% y a pesar de ello sus ventas han crecido un 50% respecto a 2017, los alquileres han subido un 17%, el vecindario emigrante ha disminuido más de un 40%, en la última década el Casco Viejo ha perdido un 11% de población, en un año el barrio ha visto descender el número de chavales de menos de 5 años un 10%, según el Observatorio de Salud Pública de Navarra un 39,1% de los jóvenes del barrio entre 14 y 29 años ha tenido un atracón de alcohol (binge drinking) el último año… no sé si vivimos en mundos diferentes o es que el filtro de la rentabilidad nos hace ver realidades contrapuestas dependiendo si tenemos mucho que ganar o casi todo que perder.
Asociación Convivir en lo Viejo/ Alde Zaharrean Bizi