La sensibilidad
Jorge Nagore – Jueves, 19 de Octubre de 2017
La plataforma Convivir en lo Viejo junto con hosteleros y ciudadanos a título particular va a mostrar hoy frente al Ayuntamiento de Pamplona su rechazo frontal a que una iniciativa hotelera que pretende instalar un albergue con 277 plazas se ubique en pleno corazón de la ciudad, en la antigua Unzu. Argumentan no ya solo que 277 plazas son bastantes más que las 180 privadas de 6 establecimientos que hay -con las 122 plazas públicas subvencionadas por todos que compiten con las privadas, lo que es de escándalo, la cifra total de plazas en albergues en Pamplona es de 302- sino que semejante mamotreto va a atraer a una clase de turismo low-cost o de bajo coste que no va a hacer sino perjudicar aún más el ya de por sí perjudicado estado de la parte más antigua y supuestamente a cuidar y mimar de la ciudad. Si algunos disponen de la sensibilidad estética para echarse las manos a la cabeza porque subiendo desde la Rochapea se vayan a ver torres altas donde Salesianos, es de suponer que también esa misma sensibilidad estética e histórica tendrían que tenerla humana ante el futuro económico de unos cuantos vecinos de la ciudad ante la llegada de una multinacional y ante la mayor tranquilidad de los vecinos de la zona, muy castigada por el concepto Casco Viejo=abrevadero de alcohol, parque temático del pincho, la juerga y las manifestaciones de toda clase y condición. Solo el Iruña Park, con 420 plazas, es claramente mayor que el albergue que se proyecta, que competiría en capacidad con hoteles tipo 3 Reyes (160 habitaciones) y que sería mayor que lugares como el Maissonave (138) o el Ciudad de Pamplona, por nombrar a los más grandes de la ciudad. Asiron y su equipo tienen ante sí el reto de equilibrar el derecho privado a invertir con el derecho público a diseñar una ciudad compensada, que piensa en sus habitantes y que les cuida, no que les agrede o abandona.