Pamplona/Casco Viejo – Obligados a defendernos

José Antonio Lezaun 4 de septiembre de 2017

Con motivo de una sesión de DJs. en la Plaza de la Navarrería, con fecha 20 de mayo de 2016 dirigí al Ayuntamiento de Pamplona un escrito en el que una vez más les pedía la NO autorizacion de conciertos en lugares incompatibles con la normativa. Caso de autorizarlos solicitaba se me informase en que se basaban para hacerlo.

Y me informaron. En la parte fundamental de su contestación decían literalmente: “Las condiciones para dicha actuación son que deberá controlarse en todo momento el volumen de la música, no superando los niveles autorizados en la normativa aplicable. Para los conciertos deberán instalar limitador de sonido programado para no superar los límites establecidos en el párrafo siguiente:
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 15.1 del Decreto Foral 135/1989, el nivel de ruido procedente de las actividades, medido a una distancia de la fachada de entre 0,50 y 1,00 metros del inmueble donde se realiza la medición y a una altura aproximada de 1,20 metros del suelo interior del mismo, no superará los 55 decibelios de día (7;00 a 23;00 horas) ni los 45 decibelios de noche (de 23;00 horas a 7;00 horas). El limitador en todo caso estará fijado a 90 dBA.”
(SIC)

El Ayuntamiento está promoviendo/consintiendo conciertos al aire libre con el escenario empotrado en nuestras calles con toda su parafernalia, bateria, bafles, altavoces, cantantes, bloqueo de calles, etc. Para autorizarlos ponen como condición que se cumpla la normativa, que no se sobrepasen los 55 dBA de día y los 45 de noche, ¡faltaría más!. Por comparar y para que se hagan una idea, el ruido de una calle poco transitada o de una conversación cuasi normal equivalen más o menos a 50 dBA.

¿Es posible ejecutar algún concierto al aire libre dentro de los límites de nuestro Casco Viejo sin incumplir la normativa? Parece que sí, y más ahora que se va a aprovechar cualquier celebración, para sacar a la calle aquellas bandas de rock, metidas hasta ahora en locales y bares, a los que desde las instituciones no se les había dado salida. Eso es lo que yo interpreto al leer en Prensa que este Ayuntamiento apuesta por que ese underground (sic) de Iruña salga a la calle (calle del Casco Viejo, como siempre). Vease el festival Pim, Pam Ville para la celebración del día del Privilegio de la Unión, que se celebrará esta semana y que acabará siendo tradición.

Esas bandas con las que nos incordian ahora ¿no son de Iruña? Tendrán que echarle imaginación si quieren que haya aniversarios para contentar a todas. Quizás sea posible si en cada conmemoración repiten lo programado para el próximo fin de semana: nueve conciertos en un rincón de lo Viejo, turnándose unos a otros mañana, tarde y noche.

Si para los demás los vecinos no existimos, la convivencia a la que apelan es una farsa. Lo que sí se echa en falta es una descarada convivencia entre vecinos, descaro necesario si queremos SOBREVIVIR. ¡Que no nos tomen por tontos! Imposible realizar conciertos en plena calle y cumplir la normativa. Pues eso, ¡obligados a defendernos!.

Versión original del artículo publicado en Diario de Noticias el 9 de septiembre de 2017

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