Gasteiz, autogestión y conflictos puntuales
Aritz Intxusta 20 de agosto de 2017
El menor peso del turismo en Gasteiz respecto a Donostia y Gasteiz hace que no haya un debate relevante sobre Alde Zaharra, desde luego no del nivel del que existe en torno a Errekaleor, pero sí algunos conflictos puntuales que marcan problemas incipientes y podrían agravarse en el futuro.
Uno de ellos fue el enfrentamiento hace unos años entre la asociación vecinal Egin Ayllu, ya disuelta, y un grupo empresario hostelero, al que Egin Ayllu acusaba de «querer convertir al Casco Viejo en la ‘bodeguilla’ del turismo de calidad» disfrutando para ello de favores municipales, lo que fue contestado con una querella.
Uno de los legados de este colectivo es la fiesta anual Zaharraz Harro, que reivindica la autogestión en una barrio en el que residen unos 10.000 gasteiztarras. Esa práctica tiene exponentes tan conocidos como el gaztetxe, Hala Bedi Irratia o el frontón Auzolana, en el que merece detenerse.
Este lugar es gestionado por la iniciativa popular desde hace una década y supone motivo de orgullo para el barrio, pero recientemente ha estado amenazado de derribo por el proyecto Gasteiz Antzokia, si bien las últimas noticias de julio apuntan a que el alcalde del PNV, Gorka Urtaran, reconsiderará la demolición.
Otro episodios significativo de estos últimos meses fue la ocupación en primavera, por parte de un grupo de jóvenes, de tres bloques de viviendas gestionados por Ensanche 21, sociedad urbanística municipal. Se ubicaban en las calles de Kutxi, Pinto y Txikita. La protesta fue justificada por sus autores como un intento de llamar la atención sobre «la política de gentrificación en Alde Zaharra».