230 vecinos del Casco Viejo ya exigen que se paren las nuevas licencias de bar
Marivi Salvo / Oskar Montero – Jueves, 13 de Noviembre de 2014
La edil de Comercio María Caballero señala que “sería algo ilegal” y anuncia una campaña cívica para diciembre
Los hosteleros, dispuestos a colaborar, piden, a la vez, un control de las tiendas de bebidas
Pamplona – Los vecinos del Casco Antiguo molestos con el ruido nocturno (de momento y en apenas unos días se han recogido 230 firmas de personas afectadas) siguen manteniendo una línea de reivindicación clara y, a su juicio más efectiva, basada en tres principios: que el Ayuntamiento paralice o suspenda las nuevas licencias de hostelería, es decir “que no agrave el problema actual”, y, asimismo, que se revise “si las actuales licencias de bares especiales cumplen la normativa”, en cuestiones como horario, aforo o que no se permita sacar la bebida a la calle a partir de cierta hora.
En tercer lugar, consideran que este problema “hay que llevarlo al ámbito de la política”, y van a comenzar una ronda de contactos con los grupos municipales para consensuar una moción al Pleno, un texto en el que podría incluirse que se declararan determinadas calles como zonas saturadas. De hecho, más de 230 vecinos del Casco Antiguo afectados han firmado ya el manifiesto dirigido al Ayuntamiento de Pamplona, “y la cifra va creciendo”, afirma Paco Roda, uno de los miembros del grupo, formado ya por 60 personas .
“PARAR LICENCIAS ES ILEGAL” La concejala de Comercio y Turismo del Ayuntamiento, María Caballero, señaló que “no es posible” suspender las licencias en curso de hostelería, porque “sería algo ilegal. En un acto reglado como este no se puede intervenir. Ir contra eso sería prevaricación”, matizó. La responsable del área puntualizó que “no compartimos la tesis de que los problemas devengan tanto de un mayor número de licencias, como de un cambio de ocio y de que la gente sale más a la calle”, y añadió, que, por contra, las nuevas aperturas han contribuido “a revitalizar el Casco Viejo”.
Donde sí se está centrando el Ayuntamiento es en una campaña de concienciación “que queremos realizar en diciembre”. El pasado lunes en la primera reunión de la comisión de trabajo constituida ante el problema del ruido ya se definieron “los problemas principales” y “las zonas más afectadas”, y “tenemos que ver qué es lo queremos perseguir. Buscamos una campaña efectiva y no vamos a escatimar en recursos”. También añadió que “tenemos además el problema de la venta de alcohol en los comercios”, una legislación antibotellón “que no prosperó ante el Parlamento y que quizá habría que retomar”, dijo.
Precisamente, una normativa antibotellón y que regule las tiendas que venden bebidas es lo que piden los hosteleros, porque “no hacemos nada pidiendo a los bares que se involucren, si permitimos vender bebidas a determinados comercios a cualquier hora”, señaló Nacho Calvo, de AEHN. Los hosteleros, según han acordado las tres asociaciones, han sugerido diversas actuaciones para contribuir en solucionar el problema. “Apoyamos un plan de concienciación del cliente y también del hostelero”, una especie de decálogo de buenas prácticas con medidas, por ejemplo, como controlar que las puertas se cierren cuando hay música en el bar, que la gente no monte jaleo en la calle, “y otras que tienen que ver con la educación, son pura lógica”. También plantean un plan de limpieza, en días como el juevintxo y con contenedores, y una cierta “seguridad jurídica en la normativa de aforos”, porque “si pedimos que la gente no salga a la calle y entre en los bares, hay que hacer una normativa más clara”.