La Parte Vieja de Donostia reivindica el fin de toda saturación
@gara_olarretxea|Donostia|2017/08/02
La asociación vecinal Parte Zaharrean Bizi ha presentado un manifiesto por el «derecho a vivir en la Parte Vieja», cuyo contenido han respaldado una treintena de conocidas personalidades que también viven en el barrio. Han dicho «basta» a la saturación de ruidos, ocupación del espacio público, suciedad y pisos turísticos ilegales que sufren.
Con los escasos medios que tienen y las pocas facilidades que les pone el Ayuntamiento para recabar datos, según han denunciado, la asociación Parte Zaharrean Bizi ha elaborado una fotografía de la situación que vive el barrio y cuyo resultado invita, por lo menos, a varias reflexiones. Con una población de 6.000 habitantes, hay 1.600 camas destinadas al turismo. El 84% de los 280 apartamentos turísticos de cuya existencia se tiene constancia (se sospecha que hay más) son ilegales, y de las 82 pensiones que hay en la capital, el 75% están en lo Viejo. Hay 210 establecimientos hosteleros y 3 hoteles. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, estableció en 6,7% el ratio de camas turísticas respecto a camas residenciales para delimitar la cohesión social de un barrio. «La Parte vieja cuatriplica esa tasa», ha recordado el portavoz de la asociación Xabier Arberas.
«La alarma es compartida y la situación, más que grave. Tenemos una calidad de vida muy escasa», ha alertado ante los medios Jose Ignazio Ansorena, natural de la Consti y persona muy reconocida en el mundo de la música y la cultura, entre otros. «Yo he nacido allí, y no es cierto que el barrio siempre haya sido así. La deriva ha sido notoria en los útlimo años».
Ha denunciado «los abusos» de algunos agentes y sectores «para sacar dinero», mientras el Ayuntamiento «nos ha entretenido». «Las medidas que ha tomado han sido entre 0 y 0,1», ha añadido. Por ello, han afirmado que el vecindario ha perdido «toda confianza».
Terrazas que superan los límites establecidos, abusos de horarios, ruidos, conciertos, dificultades para entrar y salir de casa, suciedad… la saturación se da en muchos sentidos. Así lo comparten personalidades que han suscrito el manifiesto, entre las que se encuentran el politólogo Félix Arrieta, la actriz Klara Badiola, el bertsolari Beñat Gaztelumendi, el sociólogo Javier Elzo, y personas muy implicadas con el barrio, como Paco Sexmilo o Iñigo Cabañas.
Falta de servicios e infraestructuras
La juventud, futuro de cualquier barrio, está «rendida», han alertado. Encarecimiento del alquiler de 200 euros mensuales y precariedad en los servicios. No hay instalaciones deportivas, ni un ambulatorio en condiciones, tampoco una casa de cultura y la ikastola Orixe tiene serios problemas de espacio. «Pedimos los mismos servicios y condiciones que cualquier otro barrio», han apuntado, al tiempo que ha añadido que no aceptan aquello de «ya sabes donde vives». Dicen que no tienen por qué soportar ciertas situaciones.
El portavoz de la asociación, Xabier Arberas, ha pedido, entre otras cosas, que la norma del Plan General de Donostia que establece la primera planta como límite para instalar un piso turístico no solape el debate de fondo: «el modelo de barrio», ha indicado. «Es urgente un plan especial y poner en marcha una mesa de trabajo». En ese sentido, han sido muy duros con el Consistorio, a quien han puesto un cero por su falta de transparencia y por su falta de medidas. «Queremos hechos, no palabras».
En lo que va de legislatura, en apenas dos años, han denunciado a más de 120 establecimientos, e interpuesto más de 200 denuncias por otros abusos e incumplimientos. Con todos los datos y la información que están recabando, elaboran un informe que entregarán a Ararteko.
De aquí a fin de año, según han informado, buzonearán su manifiesto con los «preocupantes» datos que han recabado, organizarán charlas informativas y una asamblea monográfica sobre el barrio para que la opinión pública participe. También habrá una recogida de firmas entre los vecinos y vecinas. El debate de fondo es el tipo de ciudad porque, según han recordado, «el problema no son los turistas, sino el modelo».